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Elle- Desafíos de la FIV


Tras el nacimiento de mi primera hija, estábamos deseando tener un/a segundo/a hijo/a, ya que tanto mi marido como yo tenemos una edad muy cercana a la de nuestros hermanos menores. Con antecedentes de cáncer de mama en mi familia, mi médico me recetó una mamografía y me instó a hacerla antes de volver a quedarme embarazada. Guardé el volante para la radiografía en un cajón y me olvidé de él.

No mucho después me quedé embarazada y aborté. Estaba tan angustiada como era de esperar y me quedé en casa sin trabajar durante varios días. La mañana de mi regreso a la oficina, el socio director de mi empresa nos llamó a la sala de conferencias para anunciarnos que la hija del socio fundador había recibido un diagnóstico de cáncer de mama y no estaría disponible durante los próximos días. Recordé entonces el volante de la mamografía olvidada en mi cajón, lo cogí y decidí hacérmela antes de intentar otro embarazo.

4 semanas más tarde, estaba en el quirófano dispuesta para hacerme una mastectomía bilateral, un radiólogo con buen ojo había detectado una pequeña masa en los resultados de mi mamografía. 11 días después de la encuesta, mi marido y yo acudimos a una charla sobre la "preservación de la fertilidad", una charla donde pacientes con cáncer de mama se preparan para la fase de extracción de óvulos de la FIV. Después de 8 sesiones de quimioterapia, tuvimos que esperar 5 años más para estar lo suficientemente fuera de peligro de una reaparición, como para volver a considerar la idea de tener un/a segundo/a hijo/a.

Para entonces, nuestra hija mayor tenía 8 años; su diferencia de edad parecía alejada de nuestro plan original. No obstante, seguimos adelante con las interminables agujas y análisis de sangre, pero nos sentimos como si no nos hubiéramos perdido el tiempo cuando me quedé embarazada tras la implantación del primer embrión.

Nuestra hija Addy tiene ahora 20 meses. Hemos esperado tanto tiempo por ella y ahora sé lo mucho que la queríamos. La diferencia de edad entre las chicas es una maravilla, no hay duda de que son y serán siempre las mejores amigas. Y también estamos agradecidos a la pequeña que no llegamos a conocer, la que dio su vida para salvar la mía.

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