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salud y bienestar

El estrés durante el embarazo

Por qué la aparición de una nueva vida puede alterar tus emociones, y cuál es la mejor manera de afrontarlo


En esta entrevista, hablamos con la experta MAM Camille Tallet, matrona y osteópata que vive y trabaja en Lyon (Francia). Como matrona y osteópata con formación y experiencia, sabe muy bien lo que necesitan las mujeres y los bebés durante y después del embarazo y el parto. Nos facilita algunos datos muy interesantes sobre un tema que preocupa a muchas mujeres.

Convertirse en madre es un cambio muy profundo en la vida, y esto también puede ir acompañado de miedos más o menos pronunciados. La magnitud de los temores depende en cierta medida de las circunstancias personales y de las influencias externas y puede variar mucho de una mujer a otra. El estrés o la ansiedad pueden ser mucho menos agobiantes si simplemente te admites a ti mismo que estás estresada o ansiosa. Cuando sientes que tus sentimientos son tomados en serio y respetados, esto ya es el primer paso para recuperar cierta seguridad en ti mismo y volver a tener la confianza que necesitas.


MAM: Señora Tallet, díganos brevemente dónde puede surgir el estrés durante el embarazo y qué consecuencias puede tener.

Camille Tallet: Bueno, el embarazo es una gran responsabilidad y todas las mujeres lo sienten, aunque algunas más que otras. Si estás estresada, tu sensación de seguridad personal se resiente y esto, a su vez, puede trasladarse al bebé en crecimiento, aunque aún no haya nacido.

 

MAM: ¿Por qué?

Camille Tallet: Estar embarazada no es solo un cambio físico. Como futura madre también experimentas cambios psicológicos y sociales. La mayoría de las mujeres dicen que ser madre las hace sentirse "llenas" y más seguras de sí mismas; sin embargo, un trastorno tan profundo también puede hacerte vulnerable. Esto no es inusual. Actualmente se calcula que el 20 % de las mujeres experimentan ansiedad durante el embarazo.

 

MAM: ¿Qué significa esto para la madre y el/la niño/a?

Camille Tallet: En el ámbito de la atención sanitaria prenatal, se sabe desde hace tiempo que el estrés está relacionado con el parto prematuro y el bajo peso al nacer. Los estudios realizados en animales durante los últimos 20 años han demostrado que el estrés afecta al desarrollo de los bebés. La buena noticia es que los cuidados maternos pueden compensar algunos efectos negativos de los cambios no genéticos. Las mismas observaciones se han hecho con humanos. Una vez más, el estrés en el periodo prenatal hace a las madres más vulnerables, lo que a su vez afecta al desarrollo emocional, social y cognitivo del/de la niño/a. El estrés también conlleva un mayor riesgo de depresión posparto y trastorno de estrés postraumático, y posiblemente un parto problemático que requiera cuidados especiales.


MAM: ¿La sensación de estrés tiene causas naturales o es producto de influencias externas?

Camille Tallet: Es un poco de ambas cosas, pero un factor crucial es el funcionamiento del cuerpo de la mujer. Si la madre se siente estresada, produce mucho cortisol y la placenta no cumple su función protectora contra la penetración de la hormona. Además del cortisol, la placenta segrega la hormona CRH (hormona liberadora de corticotropina), que pasa al feto. Sabemos que la CRH puede inducir el parto, lo que puede favorecer el nacimiento prematuro. Esto se debe a que esta hormona estimula la producción de prostaglandinas y oxitocina, que a su vez pueden desencadenar contracciones del músculo del útero.

Side view, pregnant woman leans against the wall and puts hands on her belly

MAM: ¿Cuáles son las consecuencias del estrés prenatal?

Camille Tallet: Esto tampoco se puede decir en términos generales. Cada mujer vive el embarazo de forma diferente. Pero sabemos bastante sobre ciertas causas y efectos. Por ejemplo, sabemos que la CRH puede perjudicar el desarrollo neuronal de los bebés, haciéndolos más fácilmente irritables en el futuro, más propensos a tener problemas de organización y a padecer déficit de atención. Esto, a su vez, repercute en el bienestar de la madre tras el parto y aumenta el riesgo de depresión posparto. El estrés prenatal también puede llevar a esperar un mayor dolor en el parto, pero también a sentir realmente más dolor el día del nacimiento.

 

MAM: ¿El estrés antes del nacimiento es siempre algo negativo?

Camille Tallet: Es una buena pregunta. El embarazo es, naturalmente, un momento de agitación, de cambio, y automáticamente conlleva riesgos e incertidumbres. Esto significa que uno puede experimentar este tiempo como estresante, pero sin percibirlo como una carga. El hecho de que el estrés tenga un efecto negativo o no depende también de la atención que reciba la madre antes y después del parto. Sin embargo, una cierta cantidad de estrés también puede ser bastante positiva, ya que activa los propios reflejos de apego y cuidado.

 

MAM: ¿Cómo pueden las futuras madres afrontar mejor el estrés?

Camille Tallet: El apoyo emocional durante el embarazo siempre es bueno y debe ser personal desde el punto de vista médico sanitario. No hay una solución estándar para todas. Hoy en día, es habitual concertar citas con el/la médico/a o la matrona con bastante antelación al parto para que todas las mujeres dispongan de un espacio personal en el que puedan abordar sus necesidades, expectativas y preocupaciones. Desde el principio del embarazo, se ofrece apoyo profesional para ayudar a la madre y al/a la niño/a a superar el embarazo de forma segura. La atención prenatal forma parte de una estrategia preventiva eficaz en la atención sanitaria.

Teniendo en cuenta los enormes cambios que experimenta el cuerpo y el hecho de que se inicia una etapa de la vida totalmente nueva y fascinante, no es de extrañar que el embarazo también pueda ir acompañado de cierto estrés e incluso ansiedad. Sin embargo, con los cuidados adecuados y un entorno de apoyo, puedes controlar bien tus emociones y concentrarte plenamente en el pequeño milagro que llevas en tu vientre.

Camille Tallet, Midwife, Portrait

Experta MAM 

Camille Tallet 

Camille Tallet es matrona y osteópata; vive y trabaja en Lyon (Francia). Se graduó en la Escuela de Matronas en 2011 y en la Escuela de Osteopatía en 2016. Actualmente trabaja en una consulta privada, en la sala de maternidad del hospital cercano y se dedica a la atención postnatal. También está especializada en el tratamiento del dolor en el área ginecológica. Gracias a su doble formación, puede ayudar a las mujeres y a los/as bebés a lo largo de toda su vida.

Fotos: Shutterstock

Fuentes: 

Molénat, F. (2011). Naissances: pour une éthique de la prévention. Toulouse, Francia: ERES.

Molénat, F. (2009). Prévention précoce: petit traité pour construire des liens humains. Toulouse, Francia: ERES.

Van den Bergh, B. R. et al. (2005). Antenatal maternal anxiety and stress and the neurobehavioural development of the fetus and child: links and possible mechanisms. A review (La ansiedad y el estrés materno prenatal y el desarrollo neuroconductual del feto y del niño: vínculos y posibles mecanismos. Una revisión.). Neuroscience and Biobehavioral Reviews (Reseñas sobre neurociencia y biocomportamiento), 29(2), 237–258.

Lang, A. J. et al. (2006). Anxiety sensitivity as a predictor of labor pain (La sensibilidad a la ansiedad como predictor del dolor de parto). European journal of pain (Revista europea del dolor) (Londres, Inglaterra), 10(3), 263–270.

Roegiers, L. & Molénat, F. (2011). Stress et grossesse: Quelle prévention pour quel risque?. Toulouse, Francia: ERES.